sábado, 1 de diciembre de 2012

LA OBRA MÁS RUINOSA


Sería difícil decir cual ha sido la obra más ruinosa construida en España en los últimos años, ya que en casi todas las comunidades autónomas se han construido varias que superaban con mucho la necesidad real de esas infraestructuras, así como las posibilidades económicas de la administración.

A modo de ejemplo citaré algunas, construidas por gobiernos de distintos signo ideológico, porque en el fondo, casi todos los gobernantes han jugado con el dinero de todos, gastándoselo en obras que no hacían falta, movidos por una megalomanía asombrosa. En aras de la imparcialidad, las citaré por orden de presupuesto:

- Forum de la Cultura de Barcelona, que costó 2.000 millones de euros, con una afluencia que no supera el 60% de la inicialmente prevista.

- Carretera radial R5 de Madrid, con una inversión de 1.000 millones de euros, que tenía prevista una circulación de 60.000 vehículos al año, sin alcanzarse ni por asomo los 17.000.

- Aeropuerto de Ciudad Real, con un coste de más de 500 millones de euros, que aunque inicialmente se concibió como el primer aeropuerto privado de España, hay enormes cantidades de dinero público aportado con el respaldo institucional necesario por la Caja de Castilla La Mancha. El aeropuerto actualmente no tiene ningún tráfico aereo.

- La Caja Mágica en Madrid, que costó 294 millones de euros, siendo un pabellón deportivo para la práctica del tenis que apenas se usa 9 días al año.

- Aeropuerto de Castellón, en el que se invirtieron 150 millones de euros y que no ha recibido ni un solo avión. Señalar que en este espacio se colocó una estatua de 24 metros de altura, en homenaje a su impulsor, el entonces presidente de la Diputación de Castellón, con un coste de 300.000 euros.

Pero este artículo lo voy a centrar en una infraestructura que, aunque ha tenido un coste inicial menor que todas las citadas antes, considero que es el caso más grave de despilfarro, por tratarse de una obra totalmente innecesaria y tener unos costes de mantenimiento elevadísimos: el puente atirantado de Talavera de la Reina.


Cuando aún estaba en obras, visité el puente y pude ver el alma de uno de los gruesos manojos de cables.

El origen de este dislate se produjo en el Ayuntamiento de Talavera de la Reina, cuando se consideró necesario hacer una circunvalación por el Sur de la ciudad (ya que por el Norte esa función la cumple la autovía A-5), con una previsión de que esa nueva vía meridional de acceso la utilizarían una media de 3.000 vehículos diarios (lo que resulta totalmente desproporcionado, ya que básicamente sería utilizada por los vehículos que, procedentes de la N-502, se dirigieran en dirección Madrid o Toledo, lo que en la práctica se ha demostrado supone ni tan siquiera 300 al día). Pero es que ni tan siquiera la obra resuelve esa circunvalación satisfactoriamente, ya que no existe enlace directo entre la A-5 y la N-502, sino que los vehículos procedentes de Alcaudete de la Jara tienen que llegar hasta la rotonda situada en las inmediaciones del popularmente conocido como “Puente Nuevo”, para luego tomar la carretera CM-4102 en dirección a San Bartolomé de las Abiertas y seguirla durante casi un kilómetro, para luego desviarse a la izquierda para tomar el puente atirantado, que desemboca en un barrio urbanizado, en el que existe incluso un instituto de enseñanza secundaria, desembocando en plena travesía de lo que fue la antigua Nacional V. Si tenemos en cuenta que el ya citado “Puente Nuevo”, construido en tiempos del Generalísimo Franco,  cuenta con dos carriles para cada sentido de circulación y conecta con una circunvalación por la parte exterior de los Jardines del Prado, que desemboca en la antigua Nacional V a pocos metros de donde ahora lo hace el itinerario de la nueva obra, el ahorro de tiempo es prácticamente nulo.

Pero aún en el caso de que la circunvalación hubiera sido viable, se debería haber optado por un puente con pilares de hormigón, que no requiere mantenimientos especiales; pero se optó por un puente atirantado, pero no cualquiera, sino una megaestructura que se sostiene mediante un pilono central de 192 metros de altura (el segundo más alto de Europa), del que salen en total 152 cables de los que el más largo mide 400 m y todos en total suman 33 kilómetros, que sería el más ancho de Europa, con 36 metros, y el puente con el vano volado sin apoyo con más luz de España, con 318 metros. Esta obra estaba concebida para ser la gloria de la región, y como tal fue bautizada con el nombre de “Puente de Castilla La Mancha”, empezándose su construcción en el año 2007 y teniendo previsto ser inaugurado el día 31 de mayo de 2011, con ocasión del Día de Castilla La Mancha, sin embargo hubo unos problemas técnicos, al soltarse un cable, siendo finalmente abierto al tráfico el día 17 de octubre del mismo año.


Oscuros nubarrones se ciernen sobre la faraónica obra.

Sin embargo, las cifras económicas han convertido a esa obra en un auténtico símbolo del despilfarro. El puente costó 90 millones de euros, es decir, 1.000 euros por cada vecino de Talavera de la Reina, una de las veinte ciudades con el índice de paro más alto de España.

Pero el despropósito no acaba aquí, ya que el puente tiene un mantenimiento anual de 25.000 euros. Además, cada cuatro años se le deben realizar inspecciones más técnicas que rondarán los 80.000 euros, y cada ocho años debe hacerse otra inspección aún sin valorar, ya que hay que llevar a un laboratorio de Suiza un tensor del puente, para estudiar sus condiciones de tensión.


Desde luego que la visión de los cables impresiona, pero más aún su coste de mantenimiento.

Muy relacionado con los tremendos costes de construcción y mantenimiento del puente, máxime en época de crisis, ha sido que el mirador que corona el pilono central, inicialmente concebido para ser visitado, no puede ser utilizado por falta de presupuesto para sustituir el montacargas de obra por un ascensor que reúna las debidas condiciones para su uso turístico. Yo llamé por teléfono hace unos meses interesándome por la fecha probable en la que se abriría al público, una vez realizada la reforma, diciéndome que se desconoce la fecha en que será acometida, si es que se hace algún día.


jueves, 1 de noviembre de 2012

VIVIR CON ILUSIÓN


¿Qué es vivir con ilusión?

Para encontrar la respuesta a esta pregunta debemos desentrañar primero el significado del término ilusión, que desde un punto de vista científico, se refiere a cualquier distorsión de una percepción sensorial. Esa percepción por medio de los sentidos puede ser manipulada por un proceso superior, llamado imaginación, con el fin de crear una representación percibida por los sentidos de la mente, que son los mecanismos que permiten «ver» un objeto que se había visualizado previamente pero que ya no se encuentra presente en el ambiente.

La imaginación es un proceso abstracto, que no necesita de un objeto presente en la realidad, sino que se sirve de la memoria para manipular la información y relacionarla de formas que no dependen del estado actual del organismo. Es decir, la imaginación toma elementos antes percibidos y experimentados, y los transforma en nuevos estímulos y realidades.

Muy relacionadas con esa definición están las diversas acepciones que del término ilusión  recoge el diccionario de la Real Academia Española; que se puede definir como esperanza cuyo cumplimiento aparece como especialmente atractivo; lo que ciertamente tiene unas connotaciones muy positivas, ya que el tener unas metas llena de sentido a nuestra vida. Pero es importante que esos objetivos sean realizables, para lo cual debemos centrarlos en cosas viables y que dependan exclusivamente de nosotros; porque si nos marcamos unas metas demasiado altas, fuera de nuestro control, entramos en el mundo de lo irreal e inalcanzable, lo que nos puede llevar a una situación de fracaso, ansiedad o incluso, a una temida depresión.

Esta situación de falsa realidad encaja con otra de las acepciones que el diccionario recoge, al definir ilusión como concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por el engaño de los sentidos. Esta definición es la más ajustada al origen de la palabra, ya que deriva del latín ilusĭo, -ōnis, que quiere decir burlar; lo que entronca con la definición de iluso, palabra con el mismo origen latino, que se define como engañado, seducido; lo que ciertamente no es una situación deseable, porque todo lo que nazca del engaño sólo puede acarrear, a la larga, consecuencias negativas.

Pero yo me quedo con una tercera acepción recogida en el diccionario, al contemplar ilusión como viva complacencia en una persona, cosa o tarea; porque complacencia es sinónimo de satisfacción, placer, contento; lo que enlaza directamente con la definición de felicidad. Pero ese sentimiento tan positivo se potencia aún más, si cabe, al ir precedido por el término viva, es decir, que tiene vida.

Viva complacencia en la cima del Almanzor.

Esto me recuerda una frase que dice que un hombre sin pasiones, sin sueños, sin ilusiones, sin esperanzas, sin sonrisas, es un hombre muerto; por lo que, para sentirnos vivos, hay que tener permanentemente una cierta dosis de ilusión, aunque eso sí, a ser posible cimentada en unos objetivos alcanzables.





viernes, 5 de octubre de 2012

PENOSO CAMBIO DE NOMBRE


A lo largo de la Historia hemos tenido que presenciar a menudo como los conquistadores no sólo sometían a los pueblos conquistados al pago de tributos o la reducción de sus habitantes a la esclavitud, sino que el desmedido orgullo del conquistador les ha llevado a cambiar el nombre a montañas, ríos, ciudades, etc.

Lo triste del cambio de denominación viene porque, muchas veces, se cambia el antiguo nombre en lengua nativa, dotado de un alto contenido poético, aportado por la conjunción entre el nombre y el lugar, describiéndolo de una manera clara. Por el contrario, el bautismo administrado por los conquistadores recién llegados suele ser una denominación mundana, casi siempre muy relacionada con la política o religión del país ocupador.

A continuación voy a relacionar algunos ejemplos de los cambios en la denominación que más me han llamado la atención, tanto por la importancia del bautizado como por el grave atentado contra el buen gusto que supone el cambio del antiguo por el nuevo nombre.

Citaré en primer lugar el nombre en idioma nativo, después su significado, para terminar con la nueva denominación impuesta y las oscuras razones del cambio.


- Chomolungma, que en tibetano significa Madre diosa de las montañas,  y no le falta razón, ya que con 8.848 metros de altura es la montaña más alta del mundo. Está situada en la frontera entre Nepal y China (en la región del Tibet). El nombre dado en nepalí no es menos poético, ya que se conoce como Sagarmatha, que significa La frente del cielo. Pero resulta que en 1865 el topógrafo general británico de la India la nombró como Everest, en honor del que fuera su predecesor en el cargo. Desconozco si el que escogió el nombre era buen topógrafo o no, lo que tengo claro es que carecía del más mínimo sentido poético.


- Guanahani, que en idioma taíno quiere decir Tierra de iguanas, es la isla que avistó Rodrigo de Triana el día 12 de octubre de 1492 en el archipiélago de las Bahamas, lo que supuso el descubrimiento del continente americano. El Almirante al mando de la expedición la rebautizó como San Salvador, en base a que en 1457, el papa Calixto III instituyó la festividad del Santísimo Salvador, en acción de gracias por la victoria el año anterior de los ejércitos cristianos sobre las fuerzas de Mehmed II  durante el sitio de Belgrado. Desde luego que los nativos de la isla sabía mucho de iguanas, pero nada de guerras de religión entre cristianos y musulmanes.


La Fontanilla, en Palos de la Frontera, fuente pública en la que se abastecieron de agua las
naves Santa María, Pinta y Niña antes de iniciar el viaje del descubrimiento de América.


- Mosi-oa-Tunya, que en idioma local de Zambia significa El humo que truena, constituyen un salto de agua del río Zambeze situado en la frontera de Zambia y Zimbabue. El nombre describe perfectamente el fenómeno que allí sucede, ya que la vaporización es tan grande que hace difícil la observación de las cataratas la mayor parte del año, y el ruido del agua al caer es atronador. Pero se ve que al famoso misionero y explorador escocés que las visitó en 1855 le gustaba más el nombre de la reina Victoria. Mis conocimientos sobre la historia del Reino Unido no llegan hasta el punto de saber si la aludida soberana echaba humo por las orejas o sus gritos atronaban el palacio cuando se enfadaba (porque digo yo que se cabrearía alguna vez) y si fue esa la razón por la que el explorador optara por ese nombre, o fue por simple y puro peloteo.


- Chaltén,  que en lengua tehuelche significa Montaña humeante, debido a las nubes que casi constantemente coronan su cima, lo que ha llevado a creer erróneamente que se trataba de un volcán. Se trata de una montaña de 3.375 metros de altura, ubicada al oriente del campo de hielo Patagónico Sur en el límite entre Argentina y Chile. En el año 1877 un famoso científico, naturalista, político, geógrafo y explorador argentino la bautizó como Fitz Roy, en honor del capitán del MMS Beagle; aunque la cartografía oficial argentina ha preferido denominarla Chaltén en los últimos años, pero no por reconocer más acertado y poético el nombre original, sino debido al conflicto con los británicos por las islas Malvinas.


- Kaniatarowaneneh, que en mohawk significa Gran vía navegable, es uno de los principales ríos de Norteamérica. En su primer tramo forma la frontera natural entre Estados Unidos y Canadá, adentrándose después en territorio canadiense, desembocando en el océano Atlántico formando el estuario más grande del mundo. El nombre fue cambiado en 1604 por el fundador de Quebec, que se refirió a él como “gran río del santo Lorenzo”. Esta denominación viene motivada por San Lorenzo, un santo cristiano que la iglesia celebra el 10 de agosto, día en el que Jacques Cartier navegó por primera vez en las aguas del río.


- Prey Nokor, que en jemer significa Ciudad de la selva, es la ciudad más grande de Vietnam. Aunque este nombre se sigue utilizando por muchos camboyanos y la etnia jemer, al tomar los vietnamitas el control del territorio, rebautizaron la ciudad como Sài Gòn (que en castellano se escribe con una única palabra Saigón), que quiere decir Palo de algodón. Finalmente, en 1975, tras el triunfo de las fuerzas del norte en la Guerra de Vietnam, la ciudad fue de nuevo renombrada como Ciudad Ho Chi Minh, en honor del que fuera presidente de Vietnam del Norte. En este caso me surge la duda de cuál de los nombres es más poético, ya que el nombre del político significa El que ilumina, muy apropiado, ya que el dirigente comunista era también poeta; pero finalmente creo más apropiada la denominación jemer, ya que describe físicamente a la ciudad y no se centra en una única persona.


domingo, 2 de septiembre de 2012

UN ILUSO QUE QUISO VOLAR

Nadie es profeta en su tierra. Ya lo dijo Jesucristo mientras explicaba la ley en la sinagoga de Nazaret y, lamentablemente, esta sentencia ha seguido estando vigente a lo largo de la historia  en la mayoría de los casos en que una persona decide salirse de la norma común, siendo tachado como loco, viéndose ridiculizado y vilipendiado por sus convecinos. Claro que algunas veces, con el paso del tiempo se comprueba que ese idealista no estaba tan ido y que sus estudios suponen una revolución en el conocimiento o un avance en la ciencia. Entonces suele aparecer la hipocresía vecinal y en el pueblo se ensalza a su insigne hijo, colmándole de homenajes o erigiendo un monumento en su honor.

Una de estas manifestaciones sucedió en Coruña del Conde, un pequeño municipio de la provincia de Burgos en el que el 15 de mayo de 1793, uno de sus habitantes llamado Diego Marín Aguilera realizó el primer vuelo constatado en la historia de la Humanidad utilizando un aparato más pesado que el aire. El artilugio metálico, recubierto de plumas, le hizo recorrer unos 360 metros, cayendo por una avería. Sus convecinos se mofaron de él, llamándolo loco y quemando el aparato. Con el paso de los siglos, en ese mismo pueblo se le dedicó un monumento en 1973 y en el punto de inicio del vuelo el Ejército del Aire colocó en 1993 un avión auténtico retirado del servicio. Asimismo, se le ha puesto su nombre a un instituto de enseñanza secundaria en Burgos (que recientemente celebró su 25 aniversario) y en el aeropuerto de dicha capital provincial se inauguró en el año 2009 un monolito con una placa que recuerda la gesta de Diego Marín, acto en el que un dirigente municipal de Coruña del Conde hizo especial hincapié en el sentimiento de orgullo que el reconocimiento de su ilustre paisano había suscitado en la localidad.

Monumento dedicado a Diego Marín Aguilera en Coruña del Conde.

Utilizando el refrán a buenas horas, mangas verdes,  yo hubiera preferido que ese sentimiento de orgullo lo manifestaran en el año 1793 y hubieran animado a su convecino revisar el prototipo para corregir los posibles fallos, en lugar de quemar su sueño.

A continuación voy a realizar una breve reseña histórica de la gesta heroica protagonizada por el buen Diego, para que cada lector pueda juzgar hasta que punto fue un auténtico precursor de la aviación a nivel mundial.

Diego Marín Aguilera nació en Coruña del Conde en 1757, en el seno de una familia de agricultores y ganaderos, siendo el mayor de ocho hermanos. La temprana muerte de su padre de dejó a Diego al cargo de siete hermanos, lo que acentuó su sentido de responsabilidad y el carácter emprendedor del que dio sobradas muestras. Desde muy joven fue ideando pequeños inventos con los que facilitaría el trabajo de sus vecinos, tales como un artilugio para mejorar el funcionamiento del molino, otro para los batanes y otro para aserrar los mármoles de las canteras.

Pero el proyecto que centró su vida fue el llegar a volar como las aves, para lo cual dedicó muchas horas a estudiar el vuelo de las águilas mientras ejercía sus labores de pastoreo, llegando a madurar la idea de que si las aves pesando más que el aire conseguían mantenerse en el mediante el movimiento de las alas, sería posible construir un aparato para transportar a una persona surcando los cielos.

En este punto hemos de decir que hasta la época en la que vivió Diego no hay constatación de ningún vuelo con objetos más pesados que el aire, aunque sí muchos proyectos (como los famosos planeadores y ornitópteros diseñados por Leonardo da Vinci) que acabaron todos en fracaso. El primer vuelo tripulado del que hay constancia se llevó a cabo el 15 de octubre de  1783 en Paris por Jean Francois Pilâtre de Rozier y Francois Laurente d’Arlandes, consiguiendo volar durante 25 minutos recorriendo 8 kilómetros en un globo de aire caliente (y por tanto, más ligero que el aire) inventado por los Hermanos Montgolfier.

Seguramente Diego conociera de ese vuelo en globo y lo animara en su proyecto, que inició sobre el año 1787. Sus estudios del vuelo de las águilas y buitres no le aportaban suficiente información y por ello construyó trampas para cazarlas y estudiar sus alas y conseguir las plumas, que luego utilizaría para recubrir el aparato volador que diseñó, para lo que tuvo en cuenta la proporción entre el peso del cuerpo y la longitud de las alas en las aves. Ayudado por un herrero construyó el armazón metálico con unas articulaciones de hierro para que las alas tuvieran un movimiento de abanico, con unos estribos donde iban colocados pies y manos, que con un movimiento circular proporcionado accionando una manivela aportarían la fuerza necesaria para el movimiento de las alas.

El avión situado junto al castillo marca el punto de inicio del vuelo de Diego.

La noche de 15 de mayo de 1793, ayudado por Joaquín Barbero y una hermana de éste, subieron el aparato cubierto de plumas en la peña más alta del castillo y desde allí Diego emprendió su vuelo, diciendo voy  a Burgo de Osma, de allí a Soria y volveré pasados unos días; consiguiendo alcanzar unos cinco o seis metros de altura sobre el punto de salida, tomando rumbo hacia el Burgo de Osma, pero poco después se rompió uno de los pernos que movían las alas, obligándolo a tomar tierra al otro lado del río.

Sobre lo que ocurrió al día siguiente ya he hablado al principio del artículo, acabando las llamas con el proyecto de Diego, que murió en su pueblo seis años después cuando sólo contaba 44 de edad (desconozco el motivo, pero seguramente la pena tuviera algo que ver).


miércoles, 1 de agosto de 2012

CASTILLA Y SUS COMUNEROS


Antes de hablar de los Comuneros, quiero realizar una referencia a Castilla y a la importancia que ha tenido en la construcción de España a lo largo de los siglos, así como la forma en que ha sido relegada en los últimos años, para gloria de otras regiones con menos peso en nuestra historia común.

Como en otras ocasiones, quiero partir del articulado de nuestra Carta Magna para realizar mi exposición y demostrar que no hay amparo constitucional alguno para la división de Castilla o privilegiar a otras regiones, sino que ha sido el legislador, con posterioridad a la aprobación de nuestra Norma Suprema, el que caprichosamente ha tejido una España autonómica con una profunda desigualdad entre las distintas comunidades y sin ninguna base histórica que lo justifique.

La Constitución, en su artículo 143 dice que las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes, los territorios insulares y las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunidades Autónomas.

Empezando por la primera región con entidad propia tras la Reconquista, debemos hablar de Asturias que, evidentemente tiene una entidad regional histórica contrastada para constituirse en Comunidad Autónoma uniprovincial. Hay una frase que define muy bien la importancia de esta región en la formación del Estado español: “Asturias es España y lo demás tierra conquistada”. Yo puntualizaría “todo lo demás”, incluidas todas esas autonomías que se atribuyen unos ficticios derechos históricos.

Después de Asturias, las regiones  que más peso han tenido en la construcción de España fueron, sin duda, Aragón y Castilla; pero curiosamente, se ha dotado de más competencias y autogobierno una región desgajada del antiguo Reino de Aragón llamada Cataluña que a la propia Aragón.

El caso de Castilla ha sido aún más sangrante, ya que por oscuros motivos se ha dividido autonómicamente en dos regiones distintas, llamadas Castilla La Mancha y Castilla y León, separando a Madrid, Santander y Logroño como autonomías uniprovinciales, sin que en ninguno de los casos tengan esa entidad regional histórica de la que habla el texto constitucional. Las razones más bien responden a la máxima “divide y vencerás”, ya que la mejor forma de dar peso a autonomías de menor tamaño era acabar con Castilla como tal, y que mejor forma de hacerlo que sacar a la Capital de la Nación de ella. En el caso de Logroño y Santander,  seguramente venga motivado porque el País Vasco compartiría unos extensos límites regionales con provincias castellanas, lo que implicaría una excesiva relación entre Castilla y el Pais Vasco (que ha quedado limitada a la provincia de Burgos).

Centrándome ya en los Comuneros de Castilla, creo que no hay que verlos como unos revolucionarios anarquistas o comunistas que querían acabar con el Rey o la monarquia; sino como miembros de la baja nobleza, hidalgos y ciudadanos de clase media que se vieron conducidos a una lucha que no habían planeado por la política abusiva de un monarca llegado del extranjero que llenó los altos cargos del Estado con nobles y clérigos traídos de Flandes, además de incrementar considerablemente las cargas fiscales en los territorios castellanos; cuando resulta que Carlos I había prometido a las Cortes castellanas no otorgar cargos públicos a extranjeros ni destinar dinero de Castilla a oros territorios. Como se puede apreciar eso de que los políticos hagan lo contrario de lo que prometen no es un invento del siglo XXI.


Monumento a Juan Bravo en Segovia, ciudad de la que fuera regidor y jefe de las milicias.
La historia de los Comuneros empieza con la muerte de Doña Isabel I de Castilla en 1504 (una de las mejores gobernantes en toda la historia de España) y la incapacidad para gobernar de su hija Juana, lo que llevó a que el hijo de ésta se autoproclamara Rey en 1516 de las posesiones hispánicas, trasladándose a en 1518 a Valladolid rodeado, como ya he dicho antes, de multitud de nobles y clérigos flamencos, sembrando el descontento primero entra las élites sociales castellanas, que luego se extendió al pueblo llano.


Monumento a Francisco Maldonado en Salamanca, su ciudad natal y de la que fue jefe de las milicias.

La gota que colmó el vaso fueron las demandas fiscales del nuevo Rey para comprar el título de Emperador de Alemania, que originó las revueltas. La primera de ellas fue la de Toledo, que en abril de 1520 se negó a acatar el poder real y, convocados sus regidores para que se presentaran en Santiago de Compostela, con Juan de Padilla a la cabeza, una multitud se opuso a tal viaje, apoderándose del gobierno local. Esta revuelta se extendió a otras ciudades castellanas, produciéndose en Segovia los incidentes más graves, donde ejecutaron a dos funcionarios.

El movimiento de los Comuneros empezó a hacerse fuerte por toda la Meseta y en Murcia, sin que su movimiento triunfara en el Pais Vasco ni en Andalucía.


Monumento a Alonso de Árreo en Navalcarnero, municipio del que fue regidor. Alonso combatió a las órdenes de los líderes comuneros Padilla, Bravo y Maldonado, siendo hecho prisionero junto a ellos en Villalar, pero logró escapar cuando lo trasladaban al Castillo de Villalba arrojándose por un precipicio.

Pero en el plano militar, los seguidores del Emperador, o realistas, obtuvieron una decisiva victoria con la toma de Tordesillas el 5 de diciembre de 1520, que afectó mucho a la moral de los Comuneros, por lo que Juan de Padilla decidió que debían tomar a toda costa Torrelobatón y su castillo, lo que consiguieron con mucho esfuerzo en febrero de 1521, lo que elevó de nuevo la moral del bando comunero y estableció un cierto equilibrio de fuerzas entre ambos bandos.


Juan de Padilla fue el pricipal lider comunero y por tal motivo merecería un monumento en su Toledo natal, ciudad de la que también fue regidor. Pero lamentablemente lo único que se puede apreciar en dicha localidad es la plaza de Padilla llena de vehículos estacionados, lugar en el que estuvo ubicada la casa familiar que el Emperador mandó destruir y sembrar el suelo con sal, para que no volviera a crecer vegetación alguna (como se puede apreciar la labor no se realizaría bien, porque los árboles lucen frondosos).

Ese equilibrio empezó a romperse a principios de abril de 1521, cuando el bando realista empezó a desplegar un enorme ejército en los alrededores de Tordesillas, con 3.000 infantes, 600 lanzas, 2 cañones, 2 culebrinas y 5 piezas ligeras de artillería. Mientras tanto, los comuneros, reforzaron sus efectivos de Torrelobatón, pero su ejército no se encontraba del todo cohesionado, por lo que Padilla se planteó dirigirse a Toro para buscar refuerzos.

Ese fue  el principio del fin de los comuneros, ya que Juan de Padilla decidió iniciar ese viaje a Toro en la madrugada del 22 al 23 de abril de 1521, pero había perdido mucho tiempo y los realistas habías aglutinado sus tropas, que salieron tras la pista del ejército comunero, alcanzándolo en Villalar. Juan de Padilla, en medio de una intensa lluvia, intentó primero atrincherar a sus 6.000 hombres, pero lo consiguió y se vio obligado enfrentarse al enemigo, cuya caballería, compuesta por unos 600 lanceros, aplastó al ejército comunero, que no tuvo tiempo de replegarse, causándoles más de 1.000 bajas y apresando a sus tres líderes principales: Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado, que fueron ejecutados el día 24 de abril en la plaza del pueblo de Villalar, en la que hay colocado un monolito que marca el lugar de la ejecución. En dicho monumento una placa menciona, además de a los tres ejecutados, a María Pacheco, esposa de Juan de Padilla, a la cual, que yo sepa, no le separaron la cabeza del tronco en aquel lugar (sino que falleció varios años después en Portugal, alejada de cualquier práctica revolucionaria).


Monumento en la plaza de Villalar, colocado en el punto en el que fueron ejecutados Padilla, Bravo y Maldonado.



 “Desde entonces ya Castilla no se ha vuelto a levantar”, como reza una inscripción en el monumento que en recuerdo de la batalla se ha construido en las proximidades de la localidad de Villalar. Yo añadiría, al hilo de lo expuesto al principio de este artículo, que no sólo no se ha vuelto a levantar, sino que en los últimos años ha quedado despedazada por el legislador para provocar la pérdida toda su identidad histórica. No confundir identidad histórica con independencia, porque yo no creo en una Castilla independiente, sino con la gran región vertebradora de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, tal como refleja nuestra Constitución en su artículo 2 (que dice lo que dice, y no lo que a algunos les gustaría que dijera, como ya he destacado en alguna otra entrada del blog).


Monumento en las proximidades de la localidad de Villalar, en el emplazamiento en el que tuvo lugar la batalla entre los Comuneros y las tropas realistas el día 23 de abril de 1521. En la parte de la izquierda del monumento, en el medio de la pared inclinada, hay colocada una placa que reza: "Desde entonces ya Castilla no he ha vuelto a levantar".




martes, 3 de julio de 2012

IMPUESTOS CASI FEUDALES

Como siempre que escribo una entrada relacionada con la legalidad que nos hemos dado, me gusta realizar una referencia a nuestra Carta Magna, porque considero importante partir de la norma fundamental y estudiar si la aplicación práctica de sus postulados es adecuada o no a las circunstancias.

La Constitución dice que el sistema tributario debe ser justo, inspirado en los principios de igualdad y progresividad. Creo que no se puede discutir que la previsión constitucional es la adecuada para un Estado social y democrático de Derecho. El problema surge en la aplicación legislativa de esas previsiones constitucionales, ya que todos somos conscientes de que en los últimos años ha crecido sobremanera el importe de los impuestos existentes, habiéndose creado otros nuevos.

El resultado es que actualmente la carga fiscal sobre el salario medio español se acerca al 40%, y si bien es verdad que es una tasa algo inferior a la media europea (también los salarios son menores a los de los países con mayor carga impositiva); somos el país de la zona euro donde más ha crecido la presión fiscal en los últimos años.

Pero no sólo se pagan impuestos por las retribuciones salariales; sino que estamos sometidos a otros impuestos como el IVA, impuestos especiales, sucesiones, donaciones, transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, impuestos municipales y tasas. Sumando todas estos impuestos, esa presión fiscal del 40% sobre las retribuciones se eleva a más del 50% de nuestros ingresos.

¿Es igualitario, progresivo y justo un sistema tributario que se lleva la mitad de los ingresos de una familia?. Puede que sea igualitario y progresivo, pero desde luego que es totalmente injusto.

Siempre se ha puesto como ejemplo al feudalismo de sistema que ahogaba al vasallo en beneficio de su Señor. Sin entrar en consideraciones políticas, en las que claramente hemos mejorado respecto al régimen feudal; si nos atenemos a las consideraciones de tipo económico prácticamente estamos igual, o incluso peor. Me explico: en el sistema feudal el vasallo era un usufructuario de la tierra, debiendo aportar en pago por ella una renta, consistiendo normalmente ese pago en trabajar gratis para el Señor tres días a la semana. Además estaba sujeto a pagar un diezmo a la Iglesia. Si consideramos que en aquellos tiempos no había días libres, el trabajar tres días para el Señor suponía el 42 % del tiempo de trabajo (y por tanto de los ingresos del mismo) y si sumamos el 10% para la Iglesia no da un total de poco más del 50% el total de ingresos que el vasallo tenía que dedicar al pago de impuestos.

Pero es más, en los últimos meses la escalada de los impuestos y tasas, sobre todo a nivel municipal, parece que no tiene freno, para intentar sanear unas instituciones que han gastado en el pasado muchísimo más dinero del que ingresaban. Incluso llegan a duplicar impuestos (por ejemplo, en muchos casos el Impuesto de Bienes Inmuebles incluía la tasa de recogida de basuras; y ahora, además de subir el importe del impuesto, crean una tasa por separado). Los errores en la administración de los presupuestos de los gobernantes los deberían pagar ellos, y no los sufridos gobernados. El culmen de esa voracidad impositiva ha llegado a mediados del mes de julio, cuando se ha pegado un hachazo tal a la economía de todos los administrados que nos deja en una situación humillante, acabando con cualquier muestra de bienestar en nuestras vidas. Ya sólo les falta restabler el derecho de pernada.

Una buena forma de ingresar más es dejar de gastar en lo que no se debe, eliminando subvenciones absurdas y cobrar a quién no se merece tener servicios gratuitos, ya que no ha contribuido en forma alguna al mantenimiento de dicho servicio.

Un ejemplo claro de impuesto medieval que daba pingües beneficios era el portazgo, consistente en cobrar una tasa a los que pasaban por un puente o entraban en una ciudad, estando exentos de su pago los vecinos de dicha ciudad y las aldeas de alrededor (lo que se anunciaba en placas de piedra colocadas en los lugares de control). Pues la versión moderna y degradada del portazgo es que nos quieren hacer pagar a todos por circular por las autovías que se han construido con nuestros impuestos. Lo justo sería que pagaran sólo los turistas y transportistas extranjeros que circulen por España y así lo anunciaran en esos grandes y costosos carteles luminosos con los que llenan las autovías (en algunos casos con una cámara de radar oculta al otro lado del panel).


Placa colocada en la Puerta del Cambrón de Toledo.

Otro tanto cabe decir de la visita a monumentos restaurados con subvenciones o museos que amplían sus fondos con cargo al Ministerio de Cultura. Aunque en algunos casos se han suprimido los días semanales gratuitos para españoles, como en el caso de los monumentos toledanos (lo que de inmediato debería suponer que devuelvan todas las subvenciones por restauración que hayamos pagado los españolitos); por suerte,  se sigue manteniendo, de momento, la gratuidad ciertos días de la semana y en fechas señaladas, como el Día de la Hispanidad, el Día de la Constitución o el Día Internacional de los Museos (esta última fecha es la única que se respeta en todos casos).



sábado, 2 de junio de 2012

UN TEMPLO EGIPCIO EN ESPAÑA

Hubo un tiempo en el que las misiones internacionales no sólo traían beneficios a ciertas empresas y costos al resto de la población, sino que sus frutos los podemos disfrutar, aún hoy en día, todos los españoles.

En 1968 Egipto regaló a España el templo de Debod, en agradecimiento por la ayuda prestada tras el llamamiento efectuado en 1960 por la UNESCO para salvar los templos de Nubia, principalmente el de Abu Simbel, que iban a desaparecer bajo las aguas de la presa de Asuán. Egipto donó cuatro de los templos salvados a otras tantas naciones colaboradoras: Dendur a los Estados Unidos, Ellesiya a Italia, Taffa a Holanda y Debod a España.


Vista del templo al atardecer.

El Templo de Debod fue erigido en hace unos 2.200 años, en tiempos del faraón Ptolomeo IV Filópator, y decorado por el rey nubio Adijalamani de Meroe hacia 200-180 a. C.; estando dedicado a Amón de Debod e Isis. La construcción posee importantes añadidos de época ptolemaica y romano-imperial (del siglo I a. C. al II d. C.).

El templo de Debod se encontraba situado en la pequeña localidad de Debod a orillas del río Nilo, próximo a la primera catarata, al sur de Egipto, muy cerca del lugar donde el Nilo corta al Trópico de Cáncer. Un poco más al norte, en la isla de Filé, se encontraba el gran santuario de la diosa Isis. El templo de Debod formaba indirectamente parte de ese santuario, aunque su culto estaba dedicado al dios Amón de Debod.

En 1828, Jean François Champollion, seis años después de descifrar la famosa piedra de Rosetta, viajó al país de los faraones y comprobó allí el éxito de sus teorías. Entre otros lugares acudió al templo de Debod. Tras la visita, Champollión escribió una carta a su hermano en los siguientes términos: Llegamos al templo de Debod a las dos de la tarde. Pasamos bajo los tres pilonos sin esculpir y descubrí que había sido construido en gran parte por un rey etíope llamado Aterramón, que debió ser el sucesor de Ergámenes de Dakka. El templo está dedicado a Amón Ra señor deDebod y a Hathor y subsidiariamente a Isis y Osiris y fue continuado, aunque no acabado, por los emperadores Augusto y Tiberio. En el santuario sin decoración quedan los restos de una naos de granito del tiempo de los Ptolomeos.


Puerta de acceso al templo.

El templo se terminó de desmontar en 1961 y fue llevado a la isla Elefantina, donde permanecieron la mayoría de los bloques de piedra hasta 1970, en que fueron trasladados a España, siendo desembarcados en el puerto de Valencia el día 18 de junio de dicho año. Desde allí fueron trasladados en camiones hasta Madrid, donde se reconstruyó el templo en su actual emplazamiento, junto al Paseo del Pintor Rosales (muy cerca de la Plaza de España), respetándose la misma orientación que en su lugar de origen, de este a oeste; siendo abierto al público el día 18 de julio de 1972, pudiéndose visitar actualmente de martes a domingo, con entrada gratuita.

El templo se halla restaurado y algunas partes desaparecidas han sido reconstruidas:

La llamada capilla de Adijalamani es el núcleo arquitectónico del santuario, la parte más antigua del templo, que se encuentra en un estado de conservación aceptable (excepto la policromía); está decorada con escenas que representan al rey adorando a los dioses y ofreciendo sacrificios. Son motivos relacionados con el culto regio a los dioses de la zona y a los vinculados a la monarquía sagrada. Esta capilla está consagrada, desde sus comienzos, al dios Amón de Debod, que recibe culto junto a otras divinidades, como Isis y Osiris. Imhotep ocupa un lugar destacado en el acceso.


Relieves en la capilla de Adijalamani.

La sala Mammisi. Esta palabra es de origen copto y significa “lugar de nacimiento”, haciendo alusión al lugar donde la diosa venerada en el templo daba a luz. Probablemente el uso de esta sala fuera de otra naturaleza, según investigaciones recientes, pero sigue manteniendo el nombre.

Esta sala fue probablemente la última aportación que el Egipto romano hizo a la arquitectura del templo, constituyendo un post-quem de la misma los relieves del vestíbulo, realizados bajo Augusto y Tiberio (42 a. C. - 37 d. C.) La construcción rompe la simetría axial de la planta del templo. No hay inscripciones en las paredes. En el muro oeste se puede ver un hueco (¿usado para alojar alguna imagen divina?). En el muro sur se abre una claraboya a través de la cual entraría una luz indirecta que proporcionaría el ambiente necesario para las ceremonias que allí tuvieran lugar.

Otras salas o dependencias destacables son el vestíbulo o pronaos hipóstilo, la sala de los Naoi, el corredor, la capilla Osiriaca, terraza y criptas (siendo uno de los pocos templos egipcios que tuvo estas construcciones, abiertas a las capillas de la cabecera).

domingo, 27 de mayo de 2012

BLAS DE LEZO: EL HÉROE COJO, MANCO Y TUERTO.

Hay muchos personajes a los que por oscuras maniobras, sobre todo políticas, se les intenta dar un protagonismo mucho mayor del que en realidad merecen. Por supuesto que no voy a citar ningún caso, de los que en nuestra historia reciente hay muchos, porque no merecen ni un minuto de nuestro tiempo.

Lo que verdaderamente me produce tristeza es que la existencia de verdaderos héroes no haya tenido apenas referencias en los libros de Historia, como hubieran merecido, para que las siguientes generaciones pudieran agradecer, admirar y tener como referente su labor.

Hay muchas personas que merecen ese reconocimiento y uno de ellos es, sin duda, el marino español Don Blas de Lezo y Olavarrieta, nacido el día 3 de febrero de 1689 en la localidad guipuzcoana de Pasajes y fallecido el 7 de septiembre de 1741 en Cartagena de Indias; que por méritos de guerra, valentía y dominio de la estrategia, llegó a alcanzar la graduación de Teniente General de la Armada Española.

La precocidad de este marino tiene pocos precedentes, ya que a los doce años se embarcó como guardiamarina en la armada francesa, que en aquel entonces era aliada de España en la Guerra de Sucesión, tomando parte en la batalla naval que tuvo lugar el 24 de agosto de 1704 frente a Vélez -Málaga, y allí sufriría Blas de Lezo su primera herida de guerra, ya que una bala de cañón le destrozó la pierna izquierda, teniéndosela que amputar, sin anestesia, por debajo de la rodilla. Por esta acción fue recompensado con el ascenso a Alférez de Bajel de Alto Bordo, continuando su servicio con una pata de palo.

La segunda mutilación en acción bélica no tardaría mucho en llegar, ya que en 1707, mientras defendía como comandante la fortaleza de Santa Catalina de Tolón, tras el impacto de un cañonazo en la fortificación, una esquirla se alojó en su ojo izquierdo, perdiendo así para siempre la vista del mismo; siendo destinado, tras una breve convalecencia al puerto de Rochefort, donde fue ascendido a Teniente de Guardacostas.
Poco después tuvo lugar uno de sus célebres combates, en este caso contra el Stanhope , que lo triplicaba en fuerzas, ordenando el abordaje Blas de Lezo, tras un cañoneo de cerca, lanzando los garfios contra el navío contrario, provocando el pánico en los ingleses. En esta batalla volvió a ser herido, siendo ascendido a Capitán de Fragata y poco después, a Capitán de Navío.

Pero las heridas de Blas de Lezo no quedarían aquí, ya que el 11 de septiembre de 1714, mientras participaba en el asedio de Barcelona, recibió un balazo de mosquete en el antebrazo derecho, quedándole dicha extremidad sin apenas movilidad; por lo que con apenas veinticinco años de edad, nuestro héroe ya era tuerto, manco y cojo, lo que no le impidió continuar y acrecentar sus gestas militares.

Hacemos aquí un salto de unos pocos años hasta llegar a 1734 en que fue ascendido a Teniente General de la Armada, siendo destinado en 1737 como Comandante General de Cartagena de Indias; siendo la defensa de esta ciudad, durante el sitio a la que la sometieron los ingleses en 1741 quizá la mayor gesta de su brillante carrera militar, derrotando a la mayor agrupación de buques de guerra más grande que hasta entonces había surcado los mares (186 barcos, con 2.000 cañones y 23.600 combatientes). Para defenderse de semejante escuadra, Blas de Lezo disponía de poco más de 3.000 hombres y 6 navíos de guerra.

Los ingleses nunca imaginaron que tal derrota se podía producir, y tuvieron que ocultar las monedas y medallas grabadas con anterioridad para celebrar la victoria que nunca llegó, que decían en su anverso: «Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741» y «El orgullo español humillado por Vernon». Pero el orgullo humillado fue el británico, que tardó más de medio siglo en levantar cabeza. Parece ser que el almirante Vernon, mientras se retiraba derrotado, gritó al viento la frase: ¡Que Dios te maldiga Lezo! Como respuesta a Vernon, Blas de Lezo pronunció la inmortal frase: «Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir.»

Blas de Lezo falleció poco después de esa victoria al contraer la peste, enfermedad generada por los cuerpos insepultos, casi todos de marinos ingleses, generados por los sucesivos y cruentos combates.

El cuerpo del heroico defensor de Cartagena de Indias fue enterrado en una fosa común, sin recibir los honores militares que sin duda merecía, teniendo que soportar en sus últimos días el daño moral de que el Virrey le responsabilizara de los desastres del asedio. El reconocimiento llegó años después, con el nombramiento de su hijo mayor como Marqués de Ovieco. Su memoria también ha sido honrada por la Armada Española, siendo costumbre que exista siempre un navío bautizado con su nombre (el mayor honor que puede rendirse a un marino español), habiendo existido al menos cuatro barcos con ese nombre, uno de ellos hundido en 1868 durante la batalla de Cavite, llevándolo actualmente la fragata Blas de Lezo (F103).


Monumento dedicado en Cartagena a la batalla de Cavite, en la que fue hundido el cañonero General Lezo.

Asimismo, se han erigido varios monumentos en su honor y varias calles llevan su nombre en distintas localidades de España y Colombia, entre ellas una en su Pasajes natal.

jueves, 3 de mayo de 2012

¿QUIÉN DEBE PAGAR LA CRISIS?

La respuesta a esta pregunta es clara: quién la haya causado.
No cabe ninguna duda que ha habido una mala gestión en distintos ámbitos durante muchos años. Esa gestión debe dar lugar a la exigencia de responsabilidades penales (en los casos de acciones claramente delictivas de desvío fraudulento de fondos públicos).
Para los casos en que no se llega al delito, los políticos prefieren llenarse la boca hablando de las responsabilidades políticas, que suena muy bonito hablar de ellas, pero que en la práctica son humo, ya que no hay ninguna forma práctica de que tengan consecuencias sobre el mal gestor.
Hay otro medio de exigir la responsabilidad a todo hijo de vecino; ya que las normas del  Código Civil se aplicarán como supletorias en las materias regidas por otras leyes; y el artículo 1.902 de esta norma decimonónica dice: El que por acción u omisión cause daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado.
Resulta meridianamente claro que cuando un gestor invierte los fondos públicos de una forma ruinosa, sin la diligencia del buen padre de familia, de la que muy gráficamente habla el aludido Código Civil, deberá responder por su acción reparando el daño causado a la sociedad en general con cargo a su patrimonio personal.
¿Pero cuáles han sido las soluciones adoptadas por nuestros gobernantes en los últimos tiempos?, pues sencillamente cargar las consecuencias de su mala gestión sobre los administrados, recortando prestaciones, aumentando la cuantía de los impuestos  vigentes y creando otros nuevos.
Nuestra Carta Magna contempla en su artículo 31.1 que Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio. Aquí tendremos que entrar a valorar si un sistema tributario continúa siendo justo cuando al recorte de los salarios se suma una subida de impuestos y recorte de prestaciones sociales.
Pero el punto 2 del mismo artículo es aún más significativo, ya que dice que El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos, y su programación y ejecución responderán a los criterios de eficacia y economía. No hay que ser un Séneca para saber que en los últimos años se han gastado más recursos públicos de los existentes, y que en muchos casos  se han asignado de forma caprichosa para inversiones faraónicas desproporcionadas a las necesidades sociales (podemos recordar aquí algunos aeropuertos sin aviones, estadios sin deportes, etc).
Una de las primeras medidas que se adoptó fue la bajada de las retribuciones a los funcionarios públicos; medida que a algunos comentaristas políticos y a parte de la ciudadanía le ha parecido adecuada, en base al argumento de que ya que estos trabajadores tienen la seguridad en el empleo, deben efectuar un especial sacrificio para paliar la situación.
No voy a entrar aquí en la polémica de que los sufridos servidores públicos nunca han tenido subidas espectaculares de sueldo, ni tampoco han cobrado en “B”, incluyendo en su declaración de la renta hasta el último céntimo de sus retribuciones; pero de lo que sí voy a hablar es de que los funcionarios de carrera no deben pedir perdón a nadie por poseer una plaza en propiedad, ya que la han adquirido en un proceso selectivo sometido a los principios de mérito y capacidad, y la cual conlleva unos derechos adquiridos.
Uno de esos principales derechos adquiridos por los funcionarios es el de las retribuciones. El Tribunal Supremo se ha pronunciado en reiteradas sentencias (entre ellas, la de 28 de abril de 1998) en el sentido de que No puede incluirse en los derechos adquiridos el mantenimiento de una determinada estructura de las retribuciones, sin embargo sí merece aquella calificación el montante consolidado de las mismas, al que normalmente suele atenderse, en caso de que el nuevo régimen lo disminuya, mediante la técnica de los complementos personales y transitorios, absorbibles por futuros aumentos. En este texto se pude ver claramente la “patada” que la bajada de las retribuciones de los funcionarios ha dado a la reiterada jurisprudencia.
Por si todos los anteriores ataques a la economía de los españoles no fuera suficiente. En estos días se están planteando la posibilidad de cobrar por el uso de las autovías. La existencia de autopistas de pago se justifica porque la empresa concesionaria ha contribuido económicamente a la construcción de la vía, y se le otorga un plazo para que pueda resarcirse de su inversión con los ingresos que le aporten los que transiten por dicha carretera. Pero en el caso de las autovías, su construcción se ha realizado exclusivamente con fondos públicos, es decir, provenientes de los impuestos pagados por los ciudadanos y constituiría, a mi juicio, una doble imposición el pretender que ahora esos mismos ciudadanos paguen por usar esas autovías.
Pero hay una cuestión mucho más grave aún, si cabe, en esa pretendida imposición por transitar por las autovías: Según el artículo 19 de la Constitución, todos los españoles tenemos derecho a circular por el territorio nacional, por lo que para garantizar ese derecho, debe existir la posibilidad de que esa circulación sea gratuita; pero en muchos casos el trazado de las antiguas carreteras que unían poblaciones importantes fue incorporado a una autovía, con lo cual la única forma de desplazarse entre dichas poblaciones es la utilización de esa nueva vía rápida.
En fin espero que la cordura se imponga y, en todo caso, se dejen de acceso libre las autovías que carezcan de recorrido alternativo, ya que, en caso contrario, nos veríamos obligados, por ejemplo, a acceder a Andalucía desde la Meseta utilizando el camino que discurre por la Peña de Malabrigo y el Puerto del Rey, tal como ya utilizaran las tropas de Alfonso VIII en el mes de julio de 1212 (claro que para ello deberían quitar la barrera metálica que impide el acceso de vehículos por tales parajes).


En primer término, la Peña de Malabrigo. Al fondo, la autovía de Andalucía.