Hay muchos personajes a los que por oscuras maniobras, sobre todo políticas, se les intenta dar un protagonismo mucho mayor del que en realidad merecen. Por supuesto que no voy a citar ningún caso, de los que en nuestra historia reciente hay muchos, porque no merecen ni un minuto de nuestro tiempo.
Lo que verdaderamente me produce tristeza es que la existencia de verdaderos héroes no haya tenido apenas referencias en los libros de Historia, como hubieran merecido, para que las siguientes generaciones pudieran agradecer, admirar y tener como referente su labor.
Hay muchas personas que merecen ese reconocimiento y uno de ellos es, sin duda, el marino español Don Blas de Lezo y Olavarrieta, nacido el día 3 de febrero de 1689 en la localidad guipuzcoana de Pasajes y fallecido el 7 de septiembre de 1741 en Cartagena de Indias; que por méritos de guerra, valentía y dominio de la estrategia, llegó a alcanzar la graduación de Teniente General de la Armada Española.
La precocidad de este marino tiene pocos precedentes, ya que a los doce años se embarcó como guardiamarina en la armada francesa, que en aquel entonces era aliada de España en la Guerra de Sucesión, tomando parte en la batalla naval que tuvo lugar el 24 de agosto de 1704 frente a Vélez -Málaga, y allí sufriría Blas de Lezo su primera herida de guerra, ya que una bala de cañón le destrozó la pierna izquierda, teniéndosela que amputar, sin anestesia, por debajo de la rodilla. Por esta acción fue recompensado con el ascenso a Alférez de Bajel de Alto Bordo, continuando su servicio con una pata de palo.
La segunda mutilación en acción bélica no tardaría mucho en llegar, ya que en 1707, mientras defendía como comandante la fortaleza de Santa Catalina de Tolón, tras el impacto de un cañonazo en la fortificación, una esquirla se alojó en su ojo izquierdo, perdiendo así para siempre la vista del mismo; siendo destinado, tras una breve convalecencia al puerto de Rochefort, donde fue ascendido a Teniente de Guardacostas.
Poco después tuvo lugar uno de sus célebres combates, en este caso contra el Stanhope , que lo triplicaba en fuerzas, ordenando el abordaje Blas de Lezo, tras un cañoneo de cerca, lanzando los garfios contra el navío contrario, provocando el pánico en los ingleses. En esta batalla volvió a ser herido, siendo ascendido a Capitán de Fragata y poco después, a Capitán de Navío.
Pero las heridas de Blas de Lezo no quedarían aquí, ya que el 11 de septiembre de 1714, mientras participaba en el asedio de Barcelona, recibió un balazo de mosquete en el antebrazo derecho, quedándole dicha extremidad sin apenas movilidad; por lo que con apenas veinticinco años de edad, nuestro héroe ya era tuerto, manco y cojo, lo que no le impidió continuar y acrecentar sus gestas militares.
Hacemos aquí un salto de unos pocos años hasta llegar a 1734 en que fue ascendido a Teniente General de la Armada, siendo destinado en 1737 como Comandante General de Cartagena de Indias; siendo la defensa de esta ciudad, durante el sitio a la que la sometieron los ingleses en 1741 quizá la mayor gesta de su brillante carrera militar, derrotando a la mayor agrupación de buques de guerra más grande que hasta entonces había surcado los mares (186 barcos, con 2.000 cañones y 23.600 combatientes). Para defenderse de semejante escuadra, Blas de Lezo disponía de poco más de 3.000 hombres y 6 navíos de guerra.
Los ingleses nunca imaginaron que tal derrota se podía producir, y tuvieron que ocultar las monedas y medallas grabadas con anterioridad para celebrar la victoria que nunca llegó, que decían en su anverso: «Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741» y «El orgullo español humillado por Vernon». Pero el orgullo humillado fue el británico, que tardó más de medio siglo en levantar cabeza. Parece ser que el almirante Vernon, mientras se retiraba derrotado, gritó al viento la frase: ¡Que Dios te maldiga Lezo! Como respuesta a Vernon, Blas de Lezo pronunció la inmortal frase: «Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir.»
Blas de Lezo falleció poco después de esa victoria al contraer la peste, enfermedad generada por los cuerpos insepultos, casi todos de marinos ingleses, generados por los sucesivos y cruentos combates.
El cuerpo del heroico defensor de Cartagena de Indias fue enterrado en una fosa común, sin recibir los honores militares que sin duda merecía, teniendo que soportar en sus últimos días el daño moral de que el Virrey le responsabilizara de los desastres del asedio. El reconocimiento llegó años después, con el nombramiento de su hijo mayor como Marqués de Ovieco. Su memoria también ha sido honrada por la Armada Española, siendo costumbre que exista siempre un navío bautizado con su nombre (el mayor honor que puede rendirse a un marino español), habiendo existido al menos cuatro barcos con ese nombre, uno de ellos hundido en 1868 durante la batalla de Cavite, llevándolo actualmente la fragata Blas de Lezo (F103).
Monumento dedicado en Cartagena a la batalla de Cavite, en la que fue hundido el cañonero General Lezo. |
Asimismo, se han erigido varios monumentos en su honor y varias calles llevan su nombre en distintas localidades de España y Colombia, entre ellas una en su Pasajes natal.
Realmente impresionante!!! Ya conocía la historia de Blas gracias a ti, pero nunca está de más recordarla... Un claro ejemplo de que hace más el que quiere que el que puede... y tristemente, también ejemplo de que nadie es profeta en su tierra... Menos mal que hay quien, como tú, lo recuerda y honra...
ResponderEliminarGracias Mari por tu comentario. Creo que se lo debemos a personas como este bravo guipuzcoano. Ahora cuando pasees por Cartagena y veas la mención "General Lezo" en el monumento a la batalla de Cavite, ya sabrás de dónde viene el nombre.
EliminarLa hitoria completa, desde 1700 a 1741 de los antecedentes y de lo que ocurrió en Cartagena de Indias , se narra en el libro "La batalla de Cartagena de Indias".
ResponderEliminarInformacion sobre el mismo se encuentra en www.labatalladecartagenadeindias.com
Muchas gracias por la información.
EliminarBueno sería que en la ciudad trimilenaria de Cartagena de España, en su día Capitanía de la Zona Maríritma del Mediterráneo, fuese erigido un monumento al insigne marino Don Blas de Lezo, auténtico Héroe Español Vasco que elevó a España a la categoría de Nación natal de excelsos célebres personajes. De esta manera dejaríamos de ser desagradecidos para con nuestros ilustres antepasados que dedicaron sus vidas en cuerpo y alma a España, al Rey y a Dios.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo contigo en que se debería erigir un monumento a Don Blas de Lezo en Cartagena, como ya lo han hecho en la Plaza de Colón de Madrid. Un saludo.
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