martes, 28 de febrero de 2012

¿CUAL ES EL PUNTO MÁS BAJO DE ESPAÑA?

Una de las aventuras más bonitas en mi carrera dedicada a la búsqueda de tesoros escondidos, ha sido el descubrir cual es el punto más bajo de España, del que previamente no existían referencias en ninguna publicación escrita ni en Internet.

El proceso se inició el día 13 de agosto de 2011, cuando realizaba  en compañía de Mari y Asensio la excursión que me llevó a tocar el cielo desde la cima del pico Almenaras, tras más de catorce meses de retirada de tales aventuras, ausencia motivada por una excursión frustrada para conquistar el Torrecerredo, montaña más alta de los Picos de Europa.

En el transcurso de esa ruta de agosto, Mari me sugirió que si había un punto más alto de España (que como todos sabemos es el Teide, con 3.718 metros de altitud), también habría un punto más bajo; y esta reflexión no cayó en saco roto, sino que me llevó a elevar una consulta al Instituto Geográfico Nacional al respecto.

El día 22 del mismo mes tuve la respuesta al gran misterio: desde el Centro Nacional de Información Geográfica  me enviaron un mensaje en el que me confirmaban que, según el modelo digital del Plan Nacional de Ortofotografía Aérea (que ofrece un dato de altitud cada 5 metros), el punto más bajo en superficie de España era una mina a cielo abierto, situado en las coordenadas UTM, huso 30, (226572, 4154950, -107).



De inmediato me dirigí al SIGPAC, consultando las coordenadas del punto, que coincidían con el gigantesco agujero de la mina “La Cruces”, de Gerena, dedicada a la extracción de cobre, y como elementos secundarios, oro y plata.

Pero la sorpresa sólo acababa de empezar, ya que puesto en contacto con la responsable del Departamento de Relaciones Externas de la mina; amablemente me concedió una cita para visitar la explotación minera el día 2 de septiembre de 2011; confirmándome que en dicha empresa desconocían que se tratara del punto más bajo de España.

Llegada esa fecha visité la instalaciones de la mina, en la que me confirmaron que la cota de 107 metros bajo el nivel del mar, que me facilitaran desde el Centro Nacional de Información Geográfica, había sido ya superada ámpliamente, ya que esa cota alcanzaba los -160 metros, teniendo previsto llegar en próximos años a los -204 metros.



Por si el hecho de dejarme contemplar semejante excavación no fuera suficiente premio, al final de mi visita me regalaron un trozo de mineral extraído de la mina, con numerosas incrustaciones metálicas.





jueves, 23 de febrero de 2012

NOCIONES DE AJEDREZ

Introducción:

El ajedrez es un juego de estrategia entre dos personas, cada una de las cuales dispone de 16 piezas movibles que se colocan sobre un tablero cuadriculado de 8x8 casillas, alternadas en colores blanco y negro. Al comienzo del juego cada jugador tiene dieciséis piezas: un rey, una dama, dos alfiles, dos caballos, dos torres y ocho peones (en lo sucesivo podré los nombre de las piezas en mayúscula para que resalten sobre el texto y coincidan con el que se les da en la anotación de las partidas). El objetivo del juego es «derrocar» al rey del oponente, para lo cual se amenaza la casilla que ocupa el rey con alguna de las piezas propias sin que el otro jugador pueda proteger a su rey interponiendo una pieza entre su rey y la pieza que lo amenaza, mover su rey a una casilla libre o capturar a la pieza que lo está amenazando, lo que trae como resultado el “jaque mate” y el fin de la partida.



Este juego, tal como se con oce actualmente, surgió en Europa durante el siglo XV, como evolución del juego persa Shatranj, que a su vez surgió a partir del más antiguo chaturanga que se practicaba en la India en el siblo VI.

La organización de competiciones de ajedrez empezó en el siglo XVI (en 1572 el español Ruy López de Segura se proclamó campeón mundial al vencer al jugador italiano Leonardo da Cutri), aunque el campeonato del mundo tal como lo conocemos hoy en día surgió a partir de 1948, organizado por la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez), resultando aquel año campeón el soviético Mijaíl Botvínnik, siendo el vigente campeón el indio Viswanathan Anand.

Movimiento de las piezas:

La partida de ajedrez se inicia por el jugador que dirige las piezas claras, llamadas “blancas”; siendo los movimientos de cada pieza los siguientes:

El Rey se puede mover en cualquier dirección (vertical, horizontal y diagonales) avanzando o retrocediendo una sola casilla (excepto en el enroque, en el que la Torre se pega a su costado y el Rey salta al otro lado).

La Dama también se puede mover en cualquier dirección avanzando o retrocediendo en el tablero el número de casillas que se desee.

El Alfil sólo se puede mover en dirección diagonal, tantas casillas como se desee, siempre en casillas del mismo color.

La Torre sólo se puede mover en las direcciones verticales y horizontales tantas casillas como se desee.

El Caballo se mueve avanzando dos casillas en vertical y una en horizontal, o viceversa, realizando un movimiento de L, siendo la única pieza que puede saltar por encima de las demás piezas.

El Peón puede avanzar una o dos casillas en dirección vertical en su primer movimiento, después de adelantado por primera vez sólo puede avanzar una casilla, a diferencia del resto de piezas no puede ir hacia atrás y no puede capturar a las piezas contrarias que se encuentran en la misma dirección en la que se mueve, el peón podrá capturar a las piezas que se encuentran a una casilla en diagonal respecto a él, no a las que estén delante de ellos (excepto en la toma de Peón al paso, realizada por el situado en la casilla 5 sobre el contrario que sale de inicio dos casillas). Hay que tener en cuenta que el peón si consigue alcanzar la casilla 8 “corona” convirtiéndose en la pieza que el jugador desee (normalmente en Dama).

Una partida de ajedrez también termina cuando un jugador decide rendirse, o si excede el tiempo establecido; en ambos casos el oponente gana el juego. También la partida termina cuando no es posible la victoria para ninguno de los jugadores, o si ambos acuerdan este resultado, conocido como tablas o empate. Igualmente la partida termina en tablas si se repite tres veces la misma posición sobre el tablero (por repetición de jugadas), cuando ninguno de los jugadores tiene piezas suficientes para dar jaque mate, o si el jugador que tiene el turno no puede realizar ninguna jugada reglamentaria, situación conocida como ahogado.

Valor de las piezas:

No hay reglas rígidas sobre el valor de las distintas piezas en el ajedrez, ya que según el modo de jugar cada persona, puede utilizar más unas que otras; pero como orientación, se puede dar el siguiente valor a las piezas:

Dama (9), Torre (5), Alfil 3’5), Caballo (3) y Peón (1).

Esto quiere decir que dos Torres tienen normalmente más valor que una Dama y que un Alfil vale más que un Caballo (aunque este valor de 3’5 del Alfil se mantiene mientras se posean los dos Alfiles, ya que si se pierde uno, se considera que el valor del que permanece baja a 3).

En cuanto al valor del Peón, cuando está doblado (es decir, dos en la misma columna), el de posición posterior baja de valor, por su total limitación de movimiento; pero esta humilde pieza, cuando alcanza la casilla 6 se convierte en un verdadero peligro para el adversario, por la amenaza de coronación, con lo que su valor aumenta considerablemente.

Anotación de las partidas:

Hay dos sistemas fundamentales de notación de partidas: la descriptiva (casi en desuso) y la algebraica (mucho menos intuitiva, pero de más simple anotación).

En la notación descriptiva las piezas y peones se designan por su inicial, recibiendo las columnas el nombre de la pieza que se coloca en la primera fila. En los gráficos siempre se representan las blancas en la parte baja del tablero y las negras en la superior. Así la casilla 1TD de las blancas será la casilla 8TD de las negras. La notación de la partida se inicia con el número del movimiento de las blancas, seguido del movimiento de las negras. Primero se pone la inicial de la pieza y después la casilla de destino y en caso de que dos piezas puedan ir a la misma casilla, se indica la casilla de partida y separado por un guión la de destino (por ejemplo T6TD-2TD). También se utilizan los símbolos siguientes: 0-0 (enroque corto), 0-0-0 (enroque largo), X (captura), j ó + (jaque) y ++ (jaque mate). La notación de la partida se inicia con el número del movimiento de las blancas, seguido del movimiento de las negras.


8 TD
8 CD
8 AD
8D
8R
8 AR
8 CR
8 TR
7 TD
7 CD
7 AD
7D
7R
7 AR
7 CR
7 TR
6 TD
6 CD
6 AD
6D
6R
6 AR
6 CR
6 TR
5 TD
5 CD
5 AD
5D
5R
5 AR
5 CR
5 TR
4 TD
4 CD
4 AD
4D
4R
4 AR
4 CR
4 TR
3 TD
3 CD
3 AD
3D
3R
3 AR
3 CR
3 TR
2 TD
2 CD
2 AD
2D
2R
2 AR
2 CR
2 TR
1TD
1CD
1AD
1D
1R
1AR
1CR
1TR


A continuación voy a transcribir la notación de una partida jugada en el año 1974 por  Victor Korchnoi (blancas), contra Anatoli Karpov (negras), que acabó con la victoria de éste último:

1. P4D C3AR   2. P4AD P3R  3. P3CR P4D  4. A2C PxP  5. C3AR P4AD  6. 0-0  C3A  7. D4T A2D  8. DxPA PxP  9. CxP T1A  10. C3A D4T  11. T1D A2R  12. C3C D2A  13. C5C DAC  14. C5A P3TD  15. CxA CxC  16. C3A C2D-4R  17. D4TD 0-0  18. A4A D2T  19. AxC CxA  20. D4R C3A  21. T7D A3A  22. TD1D TxT  23. D2A C4T  24. T1-3D P3T  25. P3TD T2A  26. P4CD TxT  27. TxT T1A  28. T3D C5A  26. P4CD TxT  27. TxT T1A  28. T3D C5A  29. C4R D2A  30. C5A C4R  31. T2D P3CD  32. P4A PxC  33. PxC DxP  34. A7C T2A  35. D4R D8T+  36. R2C DxP  37. PxP TxP  38. T3D D4T  39. D3A D3C  40. T7D T4A  41. D4C D7A+  42. R3T P3C, 0-1.



A diferencia de la anterior, en la notación algebraica las columnas se distinguen de izquierda a derecha desde el lado de las blancas, y las filas de 1 a 8 desde ese mismo lado. En la notación se coloca en primer lugar el nombre de la pieza y después la casilla de destino, pero incluso se puede abreviar y poner sólo esta última casilla si sólo puede ser ocupada por una pieza, como en el caso de los peones en la salida (por ejemplo la salida con el Peón del Rey a la cuarta fila se anotaría e4). Los símbolos son los mismos de la notación descriptiva.


a8
b8
c8
d8
e8
f8
g8
h8
a7
b7
c7
d7
e7
f7
g7
h7
a6
b6
c6
d6
e6
f6
g6
h6
a5
b5
c5
d5
e5
f5
g5
h5
a4
b4
c4
d4
e4
f4
g4
h4
a3
b3
c3
d3
e3
f3
g3
h3
a2
b2
c2
d2
e2
f2
g2
h2
a1
b1
c1
d1
e1
f1
g1
h1

Como ejemplo de notación algebraica, transcribo una de las partidas disputadas en el Campeonato del mundo de 2010 entre Veselin Topalov (blancas) contra Viswanathan Anand (negras), con victoria del primero.

1. d4 Cf6  2. c4 g6  3. Cc3 d5  4. cxd5 Cxd5  5. e4 Cxc3  6. bxc3 Ag7  7. Ac4 c5  8. Ce2 Cc6  9. Ae3 0-0  10. 0-0 Ca5  11. Ad3 b6  12.Dd2 e5  13. Ah6 cxd4  14. Axg7 Rxg7  15. cxd4 exd4  16. Tac1 Dd6  17. f4 f6  18. f5 De5  19 Cf4 g5  20. Ch5+ Rg8  21. h4 h6  22. hxg5 hxg5  23. Tf3 Rf7  24. Cxf6 Rxf6  25. Th3 Tg8  26. Th6+ Rf7  27. Th7+ Re8  28. Tcc7 Rd8  29. Ab5 Dxe4  30. Txc8+, 1-0.


Estudio de las aperturas:

El ajedrez es un juego en el que la táctica, la estrategia y la lógica tienen un papel muy importante, por lo que no es fácil trazar las líneas sobre las que se tiene que sostener toda la partida; pero lo que sí se puede hacer es asegurarse que los movimientos que se realizan al principio del juego sean los mejores, para ponernos en una situación de ventaja sobre el rival. Yo voy a utilizar para explicarlas la notación descriptiva, mucho más fácil de asimilar por los principiantes.

APERTURA RUY LÓPEZ O ESPAÑOLA: Esta apertura ha sido la favorita de los jugadores que empiezan con P4R. Esta apertura otorga a las blancas una ventaja difícil de neutralizar: 1. P4R P4R  2. C3AR C3AD  3. A5C P3TD  4. A4T C3A  5. 0-0 A2R  6. T1R P4CD  7. A3C P3D  8. P3A 0-0  9. P3TR C4TD  10. A2A P4A  11. P4D…

DEFENSA SICILIANA: Esta defensa es eficaz para responder al movimiento inicial de las blancas de P4R, limitando mucho las maniobras de las blancas: 1. P4R P4AD  2. C3AR C3AD  3. P4D PxP 4. CxP C3A  5. C3AD P3D  6. A2R P3CR  7. 0-0 A2C  8. C3C 0-0  9. P4A A3R…

DENFENSA NIZMO-INDIA: Esta apertura comienza con P4D, otorgando  gran poder a los Alfiles de las blancas: 1. P4D C3AR  2. P4AD P3R  3. C3AD A5C  4. D2A  C3A  5. C3A P3D  6. P3TD AxC+  7. DxA 0-0  8. P3CR D2R 9. A2C…

DEFENSA INDIA DE DAMA: Esta apertura es recomendable para jugadores inexpertos, obteniendo las negras una posición ventajosa de su Alfil en 5R: 1. P4D C3AR  2. P4AD P3R  3. C3AR P3CD  4. P3CR A2C  5. A2C A2R  6. 0-0 0-0  7. C3A C5R  8. D2A CxC  9. DxC A5R…


Personajes famosos que jugaron al ajedrez:

A lo largo de la historia ha habido muchos personajes famosos a los que se les conoce su afición por el ajedrez; entre ellos tenemos al emperador Napoleón Bonaparte, el filósofo Karl Marx (padre del marxismo), el escritor ruso Leon Tolstoy, el político Vladimir Ilich Ulianov (primer presidente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), los científicos Albert Einstein y Robert Oppenheimer (tristemente famosos por estar relacionados con el Proyecto Manhattan, que culminó con la fabricación de las bombas atómicas que sembraron el terror, la muerte y la destrucción en Hiroshima y Nagasaki), los actores Chalie Chaplin, Lauren Bacall y Humphrey Bogart,  los músicos Ray Charles y Sting, el médico español Santiago Ramón y Cajal (premio Nobel de medicina en 1906, que llegó a estar en una época de su vida obsesionado con su afición al ajedrez), y finalmente no nos podemos olvidar del rey Alfonso X el Sabio (que llegó a escribir el “Libro del Axedrez” que es el tratado sobre este juego más antiguo que se conserva en Europa).

sábado, 11 de febrero de 2012

ASTRONOMÍA PARA PRINCIPIANTES

En esta entrada del blog os voy a hablar de cómo se puede iniciar una persona en la afición a la Astronomía, es decir a la observación de los astros y de sus movimientos, y de los increíbles resultados que se pueden obtener en este campo con unos medios materiales y costes mínimos.

En mi caso, la curiosidad por observar los astros se inició sobre los quince años, cuando provisto de unos prismáticos, las fotocopias de una carta estelar y una pequeña linterna con un filtro de color rojo pasé muchas horas observando el cielo nocturno talaverano. Años después pasé a observar el cielo toledano con un pequeño telescopio y apoyado con el programa informático “Cartes du Ciel”, consiguiendo mejorar notablemente los resultados de mis observaciones.

Voy a explicar brevemente algo sobre los telescopios. El primero del que tenemos noticia lo construyó en 1609 Galileo y era te tipo refractor, es decir, en el cual la luz entra por un extremo, se “refracta” en una lente convergente que concentra los rayos en un punto en el que un objetivo, dónde había colocada una lente divergente. Posteriormente este telescopio fue perfeccionado por Kepler, que sustituyó la lente divergente del objetivo por otra convergente, con lo que consiguió más campo de visión, pero con las imágenes invertidas.

El otro tipo de telescopio es el reflector, construido por primera vez de forma satisfactoria por Newton en 1670, que colocó un espejo cóncavo en lugar de una lente objetivo para recoger la luz y llevarla al foco.

Toda la información práctica que voy a adjuntar a continuación sobre el estudio de objetos celestes, se basa en las observaciones que yo he realizado con mi telescopio refractor de montaje acimutal, con una abertura de 60 mm. y una distancia focal de 700 mm; que me costó 12.000 pts. en una tienda de juguetes. Telescopios similares a éste, e incluso mejores, se pueden conseguir hoy en día por menos de 100 €.


Mi pequeño gran telescopio

EL SOL: Es la estrella más próxima a la Tierra, con un diámetro 109 veces mayor que el de nuestro planeta, estando separados de él por 150 millones de kilómetros. La primera regla y más importante para observar el Sol es que no se puede nunca mirar directamente, ya que nos produciría daños irreparables en los ojos. La mejor forma de observarlo es enfocando el telescopio hacia él y proyectar su imagen sobre una cartulina blanca. De esta forma podemos observar claramente las manchas solares. La cantidad de estas manchas es variable, con un máximo cada 11 años, y si se miran diariamente nos daremos cuenta de que cambian de posición, debido a que el Sol gira sobre su eje, dando una vuelta cada 27 días. También podemos observar los tránsitos de algunos planetas sobre la superficie solar, para ello debemos consultar alguna página en Internet sobre “efemérides astronómicas”, que nos indicaran la fecha y hora del tránsito (el más espectacular de los últimos años fue el de Venus ocurrido el día 8 de junio de 2004, y volverá a suceder el día 6 de junio de 2012, por última vez en el siglo XXI, siendo visible el noreste de España al amanecer).


LA LUNA: Es el objeto estelar más brillante del cielo nocturno y es el único satélite de nuestro planeta, con un volumen 83 veces menor, estando separados por una distancia media de 384.400 km. La observación de la Luna con telescopio ofrece una visión espectacular de sus cráteres y mares, sobre todo cuando está en fase de llena. También se puede apreciar la sombra que proyectan las montañas sobre la superficie del satélite, sobre todo en la fase de menguante, mirando al “terminador” (línea que separa la zona iluminada de la oscura). Por lo que se refiere a los mares, son zonas más oscuras y relativamente llanas de la superficie lunar, entre los cuales está el Mar de la Tranquilidad, en el que supuestamente se posó el módulo lunar del Apolo XI el día 21 de julio de 1969 y dos astronautas descendieron a la superficie, pero yo particularmente tengo muchísimas dudas sobre la veracidad de esta gesta. Lo más espectacular de la superficie lunar son sin duda los cráteres, siendo el más  famoso de ellos el bautizado como Tycho, situado al sur del satélite y que presenta un gran sistema de radios que parten de él, siendo uno de los cráteres más jóvenes (se estima que se produjo hace unos 108 millones de años).



Tras hablar de los dos astros más prominentes, ahora pasaré a comentar mis observaciones sobre los planetas y estrellas. Parece obvio decirlo, pero aún hay muchas personas que desconocen que algunas de las estrellas más brillantes que se ven en el cielo son realmente planetas y son incapaces de distinguirlos. Yo intentaré sacarles de la ignorancia en este tema.

Lo primero que hay que decir es que el Sol, la Luna y todos los planetas se mueven describiendo una línea imaginaria por la misma franja de cielo, llamada “eclíptica”. Esa es la principal razón de que existan ocultaciones, tránsitos y eclipses. Este dato es muy importante para encontrar los planetas en el cielo nocturno a simple vista. Por ejemplo, si una noche de Luna, cerca del horizonte vemos a nuestro satélite acompañado de una estrella muy brillante, lo más probable es que sea Venus. Para saber la posición exacta de los planetas en cada momento, lo mejor es usar un programa informático, tales como “Cartes du Ciel” o “Stellarium”, ambos de muy fácil manejo. Una vez localizado un planeta o satélite, para asegurarse de no estar en un error, lo mejor es observar su posición durante varios días, para comprobar como ha cambiado de posición con respecto a las estrellas cercanas.

Otro dato a tener muy en cuenta es la magnitud de las estrellas y planetas. Podemos definir la magnitud como el brillo con el que se nos presentan las estrellas, siendo catalogadas en función de ese brillo. Las estrellas más brillantes en el cielo (excluidos los planetas) tendrían magnitud 0, las estrellas que aparecen con la mitad de brillo que las anteriores serían de magnitud 1, y así sucesivamente. A simple vista, en una zona sin iluminación artificial, podemos distinguir a simple vista objetos celestes de hasta magnitud 6. Esta escala se ha ido perfeccionando y ahora hay alguna estrella con magnitud negativa, como Sirio, la estrella más brillante del cielo, con magnitud -1’4; Vega tiene magnitud 0 y la Estrella Polar magnitud 3’6; por su parte la Luna llena tiene magnitud -12’5 y el Sol magnitud -26’8. Por lo que respecta a los planetas, Venus es el más brillante, con magnitud -4’4, Júpiter tiene magnitud -2, y el más alejado de nosotros, Neptuno tiene magnitud 7’8 (no es visible a simple vista).

Ahora relacionaré mis observaciones de todos los planetas del Sistema Solar, de Plutón (que ya no es considerado planeta, debido a su tamaño y lo poco ortodoxo de su órbita) y de algunos satélites y asteroides.


MERCURIO: El dios del comercio de los romanos, es el planeta más cercano al Sol, del que lo separan 58 millones de kilómetros, siendo a su vez el más pequeño, con un diámetro ecuatorial de 4.878 km. Aunque tiene una magnitud -1’9, su observación no es fácil, ya que sólo es visible poco antes de la salida o poco después de la puesta del Sol, siempre a poca altura sobre el horizonte. Visto con un telescopio se comprueba que tiene fases, como la Luna.


VENUS: La diosa del amor para los romanos. Pero lo que hay bajo las nubes del planeta dista mucho de ser un paraiso, porque aunque su tamaño es muy similar al de la Tierra, en su superficie la gravedad es 90 veces mayor que la terrestre y la temperatura alcanza los 470º. Por lo que se refiere a su atmósfera es totalmente irrespirable: allí no llueve agua, sino ácido sulfúrico. Venus es el objeto más brillante del cielo, tras el Sol y la Luna, con una magnitud de -4’4 y ese brillo le ha granjeado el sobrenombre de “Lucero del Alba” o “Lucero del Atardecer”, según sea visto en la madrugada o por la tarde. Visto con el telescopio, se pueden observar sus fases, tal como Mercurio, pero con más detalle.


MARTE: El dios de la guerra. Seguramente el nombre se lo asignaron por el color rojizo con el que se percibe desde la Tierra. Su diámetro es de 6.794 km (poco más de la mitad del terrestre), y en el periodo de mayor acercamiento a nosotros presenta una magnitud de -2’8. Visto con el telescopio se puede ver el casquete polar norte, así como sus famosos canales (que en realidad son unas franjas que cruzan el planeta, pero sin tener nada que ver con canalizaciones de agua de seres inteligentes). Si estudiamos su órbita durante un periodo prolongado, observaremos coma la línea imaginaria que recorre traza unos bucles (esto sucede con todos los planetas exteriores del sistema solar).

CINTURÓN DE ASTEROIDES: Está situado entre las órbitas de Marte y Júpiter y se cree que son los restos de un planeta destruido o que no llegó a consolidarse. Hay en total más de 2.000 y algunos de ellos tienen unas órbitas muy excéntricas que en ocasiones les llevan a acercarse a la Tierra, incluso originando un mínimo riesgo de colisión (que de producirse acabaría con la vida en nuestro planeta). En 1801 fue descubierto el más grande de ellos, llamado Ceres, que presenta un diámetro de 1.003 km y una magnitud  de 6’7. Otro asteroide de fácil visión con telescopio es Eros, con una magnitud de 8’6.


JÚPITER: El dios de dioses de los romanos. Es el planeta de los planetas, el más grande con diferencia del sistema solar, con un diámetro de 142.800 km. Se estima que si hubiera sido unas ocho o diez veces más grande se hubiera convertido en una estrella que brillaría con luz propia. Es incluso atrayente si se observa a simple vista, pero si se mira a través de un telescopio, se convierte en una de las escenas más gratificantes que nos brinda el cielo nocturno. Se pueden ver claramente las bandas de nubes de su atmósfera y la gran mancha roja situada bajo el ecuador del planeta. Pero la maravilla no queda ahí, sino que también son claramente visibles cuatro de sus satélites (Io, Europa, Ganimedes y Calixto), los que se pueden observar incluso con prismáticos.


SATURNO: Este planeta es el segundo en tamaño, presentando una magnitud de -0’24 y mirado a través del telescopio, su visión no desmerece en nada a la de su hermano mayor Júpiter. Saturno aparece rodeado por un espectacular anillo que, según va girando el planeta alrededor del Sol, la posición relativa con respecto a la Tierra va cambiando, presentándose ante nosotros en ocasiones casi de canto y en otras se puede apreciar claramente todo el ancho del anillo. Este gigante tiene la particularidad de poseer una densidad muy baja, tanto que flotaría en el agua. En cuanto a sus satélites, es claramente visible con telescopio Titán, la luna más grande del sistema solar, de magnitud 8’4; pudiéndose observar también con cierta nitidez Rhea, Tetis y Dione (los tres con magnitudes entre 10 y 11).



URANO: Este planeta tiene una magnitud de 5´6 y, por tanto, puede verse a simple vista como una estrella muy débil, lo que resulta lógico, ya que su distancia hasta la Tierra nunca es inferior a los 2.500 millones de kilómetros. A este punto luminoso no se le había prestado atención hasta que en 1781 fue descubierto por casualidad por Herschel, al encontrar un pequeño disco brillante entre un grupo de estrellas, observando que a lo largo de los días había cambiado de posición.



NEPTUNO: Tras el descubrimiento de Urano, se pudo comprobar que su órbita esta influida por la  fuerza gravitatoria de algún otro planeta desconocido. Finalmente, en 1846 desde el Observatorio de Berlín, fue localizado el planeta en la posición que los cálculos de los astrónomos indicaban; situado tan lejos del Sol, que tarda 165 años en completar una órbita. Este planeta, con una magnitud de 7’8, se puede observar sin dificultad con telescopio.


PLUTÓN: Es el dios del inframundo romano; y el nombre se ajusta a la realidad, ya que desde Plutón el Sol aparece como una pequeña estrella muy lejana que apenas ilumina el cielo, por lo que el planeta es oscuro y frío. El planeta fue descubierto en 1930, tras estudiar las perturbaciones de la órbita de Neptuno. Tras su descubrimiento, se le consideró el noveno planeta del sistema solar, pero hace unos pocos años, debido a su pequeño tamaño (menor que nuestra Luna) y la excentricidad de la órbita (que llega en ocasiones a invadir la de Neptuno), ha pasado a estar considerado en una nueva categoría de “planeta enano”, junto con Caronte y Ceres. La observación con telescopio de Plutón es difícil, porque nunca alcanza una magnitud superior a 13’8. Yo particularmente no estoy seguro de haberlo visto, porque con esas magnitudes y las escasas prestaciones de mi telescopio, no es fácil diferenciar los pequeñísimos puntos luminosos.


Para terminar este breve estudio del cielo nocturno, hablaré brevemente de galaxias, nebulosas, estrellas y cometas. Aquí aparece un nuevo concepto: el del año luz, es decir, la distancia que tarda la luz en recorrer un año, teniendo en cuenta que se desplaza a 300.000 kilómetros por segundo. A modo de ejemplo, diremos que la estrella más cercana a nosotros Alpha Centauri, está situada a 4’2 años luz.



VÍA LÁCTEA: Lo que conocemos como Vía Láctea (por su característico color lechoso)  “Camino de Santiago (por la dirección que parece apuntar hasta esa ciudad gallega) es en realidad el centro de nuestra galaxia. Allí se concentran las estrellas jóvenes en formación y las nubes de gas. Todos cuando hemos salido alguna vez al campo en una noche oscura nos hemos sorprendido con su visión, la cual lamentablemente se nos escapa en las ciudades. Un buen test sobre la calidad del cielo para su observación es que la Via Láctea sea claramente visible.


ANDRÓMEDA: Esta galaxia, también conocida como M-31, es la más cercana a la Vía Láctea, separada de nosotros unos 2.500 millones de años luz. Está situada en uno de los brazos de la constelación de Pegaso y es visible a simple vista como una pequeña mancha apenas iluminada. Vista con un telescopio aparece en todo su esplendor, como una gran mancha brillante de forma espiral, aunque no se llegan a distinguir las estrellas que la forman. Esta galaxia se acerca a nosotros a una velocidad de 300 km por segundo y se cree que dentro de 3.000 millones de años podría colisionar con la Vía Láctea.



GRAN NEBULOSA DE ORIÓN: También conocida como M-42. Está situada a 1.270 años luz de la Tierra y tiene un diámetro de 24 años luz. Es una de las nebulosas difusas más famosas que existen, estando compuesta por una acumulación de gas y polvo en colisión, con estrellas en formación. Está situada justo bajo el cinturón central de la constelación de Orión, con una magnitud 4, se puede apreciar a simple vista, convirtiéndose en un auténtico espectáculo visual su observación con telescopio.



ESTRELLA POLAR: Está situada siempre muy cerca del cenit (punto sobre la cabeza del observador) y marca la dirección Norte en dicho hemisferio. La mejor forma de encontrarla es localizar la Osa Mayor y fijándonos en las dos estrellas muy brillantes del extremo de la sartén, prolongar la distancia que las separa tres veces en linea recta hacia el centro del cielo, y encontraremos una débil estrella de magnitud 3’6, que a su vez es el extremo del rabo de la Osa Menor. Su distancia a la Tierra es de 431 años luz.



LAS PLÉYADES: Es un cúmulo estelar formado por estrellas jóvenes (formadas hace sólo 100 millones de años) situado en la constelación de Tauro, a 150 años luz de distancia de la Tierra. Este grupo es muy brillante (magnitud 1’6), formando un pequeño carro, y está acompañado de una importante cantidad de polvo estelar que indica que son un nido en el que están naciendo nuevas estrellas. A simple vista se pueden observar seis estrellas, aunque con telescopio la cifra sube de treinta.



ESTRELLAS DOBLES: Son estrellas que aparecen muy juntas en el cielo. En los verdaderos sistemas binarios las dos componentes giran una en torno a la otra. El caso más famoso y espectacular es el de Mizar, una de las estrellas que forman la Osa Mayor, que se observa como doble a simple vista, pero vista con un telescopio se puede apreciar que se trata de una estrella binaria y otra estrella próxima.


HALLEY: Es el cometa más famoso y hasta hace pocos años, se pensaba que el que se observaba de mayor tamaño desde la Tierra (hasta la llegada del Hale-Hop). El Halley pasa cada 76 años y su última visita fue en 1986 (entonces se imprimieron unas camisetas que decían “yo soy como el Cometa Halley, una experiencia única en tu vida”, muy en relación a lo difícil que es para una misma persona presenciar dos pasos del cometa).



HALE-BOPP: Este cometa fue descubierto por dos astrónomos aficionados a la vez, de los que ha recibido el nombre, y apareció de improviso en nuestro cielo en el año 1997 con una magnitud tal que eclipsó totalmente el recuerdo del Halley aparecido pocos años antes. El Hale Hop era claramente visible incluso desde ciudades iluminadas, con su gran cola extendida en dirección opuesta a la del Sol, superando en su periodo de máximo esplendor la magnitud 0, manteniéndose visible a simple vista durante 18 meses. Su periodo orbital es de 2.537 años.



Sólo me queda animaros a que salgáis al campo en una noche despejada y sin Luna, para que os maravilléis del espectáculo que supone la contemplación del manto estrellado sobre nuestras cabezas. Seguramente os surja la inquietud de profundizar un poco en su estudio. Si sucede así, este pequeño trabajo habrá merecido la pena. Yo soy un gran amante de las estrellas, pero también de las montañas; y creo que ambas aficiones tienen algo en común: la magnificencia de las distancias y tamaños, que nos hacen ser conscientes de nuestra pequeñez.